El cerezo de mi jardín ofeta las cerezas rojas y carnosas a los pájaros que lo visitan. Los parroquianos del bar de enfrente de mi casa cruzan apuestas a ver quién coge más cerezas si los pájaros o yo. Ganan los pájaros, pero reservo una rama de bellos frutos para un regalo. He pedido a San Antonio que espante a los pajaritos. No sé si el santo, cuya festividad se celebra el 13 de este mes, prestará atención a un incrédulo como yo, pero por pedir le pido eso y otras cosas. San Antonio siempre fue amigo de animales y amores.
1 comentario:
!Qué envidia sana me da el cerezo de tu jardín cuando paso por tu casa! Está tan lleno de cerezas...
Estoy segura que los pájaros se las comerán antes que tú. Te lo digo por experiencia, las cuatro cerezas que tiene el mío, si las dejo que maduren un poquito, al otro día ya han desaparecido.
¡Cómo me gustan estos escritos cortos que vas dejando aquí!
Besos.
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