jueves, septiembre 18, 2008

DIARIO DE UN JUBILETA 8

La tardaza en volver por aquí, además de a la pereza que todo lo invade, se debe a mis múltiples ocupaciones y encargos. Veréis: siguen los consejos e incluso los deberes para que no me aburra. Os diré que mi hijo Juan se ha empeñado en colocarme de vigilante de obras. La cosa está mal por aquello del parón en la construcción y la crisis del ladrillo, pero con todas y con esas, sigue habiendo movimientos de tierra y camiones de graba en las carreteras. Bueno, pues os decía que mi hijo me encarga la vigilancia de obras y me ha regalado un chalelo butano fosforecente por aquello de la seguridad. Mi hija Beatriz, que el domingo pasado marchó a Ratisbona donde reside, me regaló un magnífico casco ajustable, también como medida de seguridad en este nuevo menester donde quieren colocarme...
Pero el día antes del domingo, lógicamente fue sábado. El sábado de la noche Balnca de Madrid- por cierto, mucha gente y mucho mogollón para ver cosas que se pueden ver cualquier domingo por la mañana. No me pillan en otra- Beatriz, mi mujer, y Beatriz, mi hija, y yo nos tomamos unas copas con Orestes y Pepa. Pepa andaba a vueltas con los EOEP. Parece que la causa de no haberlos cerrado es que los centros concertados de enseñanza han pedido a doña Espe pasta gansa para contratar a esos profesionales. Y como doña Espe no tiene un duro porque se lo ha gastado todo en hospitales sin médicos ni medios, para dárselos a las empresas sanitarias privadas, ha parado esta disolución. La disolución de los CAP fue por la misma razón: ahorro de 250 profesores. Es decir 250 interinos al paro...
Este paréntesis tangencial viene para contar que Pepa habla como una abogada sacamuelas: mucho y bien, consentido pedagógico. Y como buena pedagoga le interesa la investigación constante. En este contexto me encarga un trabajo detectivesco. Para hallar el cuerpo de la investigación pido ayudas a quien pase por aquí.
Se trata de encontrar un libro de Nestor Lujan, el periodista catalán que escribe de gastronomía, que trata sobre el conde de Veillamartín. Puede llevar el título "Las dos muertes del conde Villamartín", pero no es exacto. El libro lo publicó Espasa Calpe por los años ocheta y está totalmente descatalogado. Parece que pesa sobre él la misma maldición que sufrián los libros de un determinado autor en "La sombra del viento".
Si alguien me dice donde puedo encontar un ejemplar de este libro, que me lo comunique. Se lo tengo que regalar a Pepa a cambio de una cena...

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