Para despejar las nubes del viernes se necesitaron fuertes dosis de café. El autobús esperaba, camino Los Arribes. Antonio Bahabonde ofreció una magnífica conferencia sobre gastronomía y vida fronteriza: el bacalao hay que dejarlo desalar en un talego para que su propia sal no lo sale de nuevo, el güisqui en Portugal es más barato. Bamonde dixit. En Masueco nos recibieron con música y entramos en la iglesia a la misa. No había más remedio. No pude comprar tabaco. No había donde. Teresa, la mujer de Suárez, poco beata según ella, prefirió el sol del cielo al cielo prometido. Evangelista apareció porque pasaba por allí. No quería quedarse, no quería irse, no quería comer, no quería... para convencerle Suarez Teresa y yo montamos en su coche y nos desgajamos del tropel: Evangelista se lució: La presa de Aldeadávila, la residedencia sobre el cenobio del siglo XIV que tanto admiraba Unamuno, los miedos, mios, a los empinados miradores, la curiosidad total de Suarez, el afan de mostrarsu tierra de Evangelista, la sed de Teresa y mía, culminaron, ¡Por fin!, con una fresquisima cerveza y una racioncilla de patatas castigadas o algo por el estilo...en Aldeadávila. ¡¡Riquisimas!! Vuelta al redil y Píriz llamando por teléfono. En el coche confidencias, dudas y recuerdos, la vida de cuarenta años en dos horas. Evagelista entró a comer pero se dedicó a saludar. Vuelta al autobus y más presas, y más pantanos, y Lola que tenía un negro en la habitación. Lola es la chica más guapa del PP y tenía un negro en la habitación de dimensiones discutidas por Bahamonde. Descubrió el misterio. El negro funciona a pilas.
¡Por fin la cama descomunal y solitaria! Ducha, corba y la cena de gala. Faltaba gente. Pero Ramón animaba el cotarro. Regalo para Manolo Mena. Manolo invita a tarta. Cumplía años. Todos los gallegos han traído orujo a Suarez que se empeña en repartirlo de mesa en mesa. Filosofa defendiendo que el mismisimo origen del mundo radica en el orujo. Nunca se sabra qé fue antes si el gallego o el orujo. En esa duda, nos levantamos y bajamos a la discoteca, mientras Lola desplegaba su tenderete de bisutería artesanal y la vendía... Había boda y nos unimos al biale. Las señoras guapísimas, los señores eleegantísmos... Todos en el mejor de los mundos hasta que el cuerpo aguantó. Mañana, domingo fue otro día.
3 comentarios:
Pedro: ¡como haas disfrutado en Salamanca! Se te nota la alegria "pueblarina". La verdad es que son gente encantadora. ya charlaremos más despacio. Espero que no te haya convertido en ppero lola lolita (la más bonita)
Pedro ¡Qué bien te lo pasas, Claro que conociéndote, tu te lo pasas bien en Velilla, en Coslada en Extremadura y en Salamanca.
un abrazo
Kety
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