jueves, agosto 09, 2012

TRASHUMANCIA: SE HACE CAMINO AL ANDAR





EN LA PLAZA DE MI PUEBLO 4

         Nuestro camino no ha resultado cansado ni excesivamente largo: hemos empleado cinco días días en escuchar conferencias,música y opiniones.  La ultima la trashumancia,  la conducen Juan Francisco Pablos y Florencio Salguero.
Juan Francisco Pablos, PMT en el centro
 y Florencio Salguero
         Perfil de los conferenciantes: Juanfran, hijo de pastores de ovejas, estudió FP de electricidad pero le gustaba ¡y le gusta! más el campo que los  enchufes y se hizo pastor ovejero. Florencio Salguero procede de padres y abuelos cabreros. No estudió música pero escuchó atentamente el sonar de los cencerros mientras  pastaban, andaban, corrían, se espantaban o dormían tanto ovejas como cabras y vacas y se convirtió en gran entendido en campanillos, afinador de ritmos, compases y acordes del alambrado de las piaras.
LA NOCHE SE OSCURECE PORQUE HAY  QUE OFRECER IMÁGENES SOBRE EL TORREÓN DEL RELOJ
         Juan Francisco arranca hablando de que la trashumancia tiene tantos años  como  el hombre  lleva sobre la tierra: el pastor, observa que el ganado se mueve de un sitio a otro en busca de mejores pastos. Si lo hacen los animales es porque les  va mejor  y los hombres, los primeros trashumantes, siguen a los animales que les sirven para comer y para  vestirse.
         Desde ahí pasamos a la importancia de la MESTA hasta el olvido y el abandono de las cañadas reales, los cordeles y los  caminos.
         Ya no es necesario ir andando con el ganado desde Extremadura hasta La Rioja donde el reloj de Logroño nos recibirá  con la carillón de  "ya se van los pastares a la Extremadura", ni hasta los Picos de Europa  en Asturias, Avila, Soria, ni siquiera el Valle del Jerte o Cabezabellosa. Ya no es necesario andar y andar durante un mes por esos caminos, pero es imprescindible, por cuestiones de ecología mantener en buen uso de las cañadas y cordeles. Por eso Juan Francisco cada año prepara el rebaño de más de mil ovejas que pasa por La gran Vía de Madrid  y Florencio afina los  campanillos para  que el alambrado ofrezca los acordes concisos y sonoros a los curiosos madrileños.
         Todos los que hemos hecho el camino con ganado, que aquí en Cabezabellosa somos muchos, aplaudimos a rabiar. Gracias Juanfran, gracias Florencio.

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