La semana ha transcurrido al ritmo marcado por el calendario, obviamente, si bien, algunos días ha marcado algunas aceleraciones casi imprevistas: el lunes me coloqué corbata por el simple hecho de ser lunes. Angela de las Heras impartía la primera ponencia a los maestros en prácticas. La acogida de la corbata sirvió de comentario a los compañeros de trabajo. Me vi obligado a inventar las explicaciones más  peregrinas y sin mucho sentido: resultaba divertido buscar y encontrar causas  para  justificar  comportamientos nada trascendentes. El martes, fue un fracaso, como decía la canción: no vino, ya lo sé, pero....
Tampoco acudí al Foro del Diario de Alcalá. Me hubiera apetecido escuchar a Rosa Díez, la hora, las once de la mañana, se me hacía intempectiva, aunque el lugar era muy grato: el corral de Comedias. Y ese día también llevaba corbata. Aumentaron los  comentarios: hubo una mujer que se atrevió a opinar sobre mi camisa y mi corbata. "Tu tampoco me gustas a mi" le contesté. "Ciao, ciao, bambina...!"
...Al miércoles siguiente, de nuevo la encontré. Fue un café rápido, una mirada intensa, una conversación estricta  para resumir cinco meses en un cuarto de hora. La despedida, saldada con besos de  compromiso, profundizaba en los ojos  que no deseaban separarse... La vida. La tentación vive en mi imaginación  e introduzco en mi ordenador un disco de Domenico Modugno: "la scena de la more es sempre pronta..."
   El jueves, día de cuadrantes y buceo en las fotos  famliaries: el cambio de soportes: papel o imágnes virtuales, cuestión de modas y modos...
Y el viernes abalancha de emociones: los alumnos de un instituto ganan un primio en destrezas  matemáticas y el premio consiste en un salto en paracaídas  para la directora. Debía ser denoche y sin embargo llovía. ..
... Y llovía, llovía, - sigo ronroneando canciones- cuando unas medias de red traslucían entre el abrigo y las botas altas,  el torneo firme de unas piernas de bailarina que se sujetaban sobre unas  tocones cercanos y cercables... Una  falda no muy larga, y una frente muy alta optaron porque  yo no cortara la flor, pero aquellos ojos  negros... me llevaron a preguntarme ¿donde vas con manton de manila? ¿Qué sería de nostros sin los bolereos?
La mañana terminó con el vino en compañía de los colegas de la DAT Este: Adrian, Carlos y Mati. Reparto de pines diseñados por Roberto y el buen vino obsequio de las bodegas de Leopoldo y Justo: salud  y chocolatinas...
Y la tarde, de paseo por  el barrio de Salamanca. En una taberna nos refuagiamos tres  supervivientes de la época de  Botella LLusiá  como rector de la Complutense y contamos  batallinas mientras tomábamos vino... Al vent, no nos moverán...
En Madrid aún quedan bares, ay que lugares, tan gratos para conversar....
... Siempre  el amor en un bar...
¡¡Cosita linda, mamá"...
1 comentario:
Hay que ver, qué cosas te pasan.
¿No te habrás equivocado y esto será un capítulo de Operación...
Yo a esta entrada le pondría otro título, por ejemplo;
"Los apuros de un progre cuando se pone corbata"
Cuidate de tanto sobresalto.
Abrazos, P.
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