domingo, diciembre 02, 2007

DE ENCUENTROS Y PASEOS

La semana ha transcurrido al ritmo marcado por el calendario, obviamente, si bien, algunos días ha marcado algunas aceleraciones casi imprevistas: el lunes me coloqué corbata por el simple hecho de ser lunes. Angela de las Heras impartía la primera ponencia a los maestros en prácticas. La acogida de la corbata sirvió de comentario a los compañeros de trabajo. Me vi obligado a inventar las explicaciones más peregrinas y sin mucho sentido: resultaba divertido buscar y encontrar causas para justificar comportamientos nada trascendentes. El martes, fue un fracaso, como decía la canción: no vino, ya lo sé, pero....
Tampoco acudí al Foro del Diario de Alcalá. Me hubiera apetecido escuchar a Rosa Díez, la hora, las once de la mañana, se me hacía intempectiva, aunque el lugar era muy grato: el corral de Comedias. Y ese día también llevaba corbata. Aumentaron los comentarios: hubo una mujer que se atrevió a opinar sobre mi camisa y mi corbata. "Tu tampoco me gustas a mi" le contesté. "Ciao, ciao, bambina...!"
...Al miércoles siguiente, de nuevo la encontré. Fue un café rápido, una mirada intensa, una conversación estricta para resumir cinco meses en un cuarto de hora. La despedida, saldada con besos de compromiso, profundizaba en los ojos que no deseaban separarse... La vida. La tentación vive en mi imaginación e introduzco en mi ordenador un disco de Domenico Modugno: "la scena de la more es sempre pronta..."
El jueves, día de cuadrantes y buceo en las fotos famliaries: el cambio de soportes: papel o imágnes virtuales, cuestión de modas y modos...
Y el viernes abalancha de emociones: los alumnos de un instituto ganan un primio en destrezas matemáticas y el premio consiste en un salto en paracaídas para la directora. Debía ser denoche y sin embargo llovía. ..
... Y llovía, llovía, - sigo ronroneando canciones- cuando unas medias de red traslucían entre el abrigo y las botas altas, el torneo firme de unas piernas de bailarina que se sujetaban sobre unas tocones cercanos y cercables... Una falda no muy larga, y una frente muy alta optaron porque yo no cortara la flor, pero aquellos ojos negros... me llevaron a preguntarme ¿donde vas con manton de manila? ¿Qué sería de nostros sin los bolereos?
La mañana terminó con el vino en compañía de los colegas de la DAT Este: Adrian, Carlos y Mati. Reparto de pines diseñados por Roberto y el buen vino obsequio de las bodegas de Leopoldo y Justo: salud y chocolatinas...
Y la tarde, de paseo por el barrio de Salamanca. En una taberna nos refuagiamos tres supervivientes de la época de Botella LLusiá como rector de la Complutense y contamos batallinas mientras tomábamos vino... Al vent, no nos moverán...
En Madrid aún quedan bares, ay que lugares, tan gratos para conversar....
... Siempre el amor en un bar...
¡¡Cosita linda, mamá"...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay que ver, qué cosas te pasan.
¿No te habrás equivocado y esto será un capítulo de Operación...

Yo a esta entrada le pondría otro título, por ejemplo;
"Los apuros de un progre cuando se pone corbata"

Cuidate de tanto sobresalto.
Abrazos, P.