A ver: en Alcalá de Henares, cuna natal de Manuel Azaña, presidente de la República Española, se ha organizado una semana en su honor. Asití a la conferencia de Santos Juliá y encontré a los personajes típicos de estos eventos: el Alcalde, Bartolo, del PP, al aspirante a alcalde por el PSOE, Javier, y por supuesto al mayor representante de IU Machota. Había más gente. Por supuesto el director del Diario de Alcalá Antonio Naranjo y el redactor jefe de Cultura Pedro Hinojo. Menos representación que en los Foros Cisneros del Corral de Comedias, pero más público. El factor común: todos nos conocíamos. Sin embargo había un personaje, coan elc ual me había cruzado algunas veces, siempre en la calle, por nuestro vicio común, y la prhibición bien pensante en todas partes. Es decir el tabaco. Este tipejo, que se presentó como periodista, se llama Pedro Enrique. Es hablador y metomeentodo. Conoce a la gente y habla con tal de sacar información, que, me pareció, debidamente aderezada, vende a quien quiera comprar. Azaña significaba lo que significaba y poco más. La semana continúa y yo no he vuelto porque el trabajo me lo ha impedido, sin embargo el lugar y el momento es un buen momento para el mentidero y el cotilleo a loq ue tan aficionados somos...
Hoy posiblemente la conversación haya girado otra vez en torno a los trenes del maldito 11-M en Alcalá y el comienzo del juicio, no podía ser de otra manera...
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