EL APAGON

Me llega un correo que convoca a un apagón romántico esta noche. Da dos razones: ahorro de energía luminosa y luz de besos con quien esté, en caso de no corresponder el conquien estés, con quien quisieras estar, al menos un recuerdo. Los deseos se disparan: ¿ invitar a desayunar en el Matadero de Madrid a las doce del medio día una comida coreana? Exótico resultaría al menos, romántico, menos que en Tiffanys. Pero claro, uno tampoco es Truman Capote, en ninguno de sus aspectos, ni dispone de tanta sangre fría, ni ha inventado el nuevo periodismo. Por tanto, arguye aquí por si llega a alguna parte: ¿Que tal un desayuno en Coslada? No es romántico, pero sí posible. Las flores, las cogeriamos del campo...