martes, enero 15, 2008

LA SUPERVIVENCIA DE LO CLASICO

En un bar de Alcalá regentado por una colombiana donde se ofrece comida casera de ambas nacionalidades, como blasón de la casa se muestra una leyenda sobre si el chato de vino es o no caro. Por ochenta centimos, dice más o menos, tienes dercho a servilleta, palillo, silla, charla, compañía, tal vez ligue, fumar, tirar la ceniza al suelo, sentarse a una mesa, jugar al dominó, a las cartas, usar el servicio y opinar sobre la riqueza del tabernero... Seguro que habéis leído algo semejante en otros establecimientos amigos del retruécano. Pues bien esta retahila procede de lo más profundo de la cultura griega: un avaro acusaba a un conocido de displendioso ya que él, con una aceituna conseguía: aceite, luz, leña y comida para el cerdo. No dispongo del texto en griego, pero con un mínimo esfuerzo podría encontrarlo. Esto mismo se explicaba en una fábula donde un menesteroso acusaba a otro de derrochardor porque con una sardina sólo tenía para comer un día, pues él con el mismo arenque, disfrutaba dos o tres días a varios festines por día: el primero olía la sardina, el segundo la ponía al sol, frente al pan y éste se impregnaba del salitre que soltaba, el tercero la sostribaba sobre el pan y.... todo ello culmina con el pregón de un vendedor de sandías de mi niñez: decía textualmente: "¡Venga, mujeres! ¿quién por un real no come, bebe, se lava la cara, tiene pienso para el burro y semilla para el año que viene?" ¿ Más refranes? pues tampoco estaría mal ahora que se nos acerca el rosario de promesas a una o dos por día y tres, si son pequeñas: rebajas en impuestos, hopitales tres veces inaugurados, puentes sobre ríos sin construir y así...

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Pobre tendero! al menos que sean dos los chatos,que se tome dos uno en la barra y otro jugando al dominó, tanto ocio y diversión por un solo chato ¿no?, pero sin abusar de ello que es malo para el corazón, que nada en exceso es malo por decreto, ¡seguro que no! :)


¡Mola mogollon!