DIAS DE TERTTULIA

La semana no podía haber empezado con mejor pie. Emilio Sola, -La vaquería- Calle Libertad, aparece por el aula de los poetas, fue accesit del Adonais, en 1974, y nos recita algunos de los versos vividos en aquellos años de flores y LSD. Después Orán, los libros de la frontera y todo el tiempo entre aquí y allá, en esa raya que limita los territorios y siempre deseamos saltarnos. Las fronteras, da lo mimo las que sean, sólo sirven para que haya contrabandistas de todo género. De no señalarlas, se evitarían los gayucos del pensamiento. Uno escribe para que sepan los demás que estuvo vivo. La cita no es textual, pero el pensamiento sí.
Y Maria del Monte, mujer de la ribera según ella se define. Poesía de la espera, de estación de tren por donde hace años las agujas separaron las vías.
Y Julio Sánchez: el tren ligero de equipaje que para en todos los apeaderos y en cada uno cambia una nostalgia por otra.
Y después Elvira: tren en marcha. Color Albero, revista que nace con la ilisión de perdurar.
Y Manolo el cartero de Neruda o el que simpre llama dos veces. Mercurio al fin y al cabo, camino de Anchuelo y las vacas de la vaquería mirándole como sube.
Y Eduardo, del IES Albéniz, sorprendio porque los hippies aún siguen vivos y a él también le gusta pasear la plaza de Santa Ana...
Y los demás...

Y hoy música maestro:
- La historia de la música, apenas insinuada, para hacer ver que concuerda de manera permanente, sin apartarse un ápice, con la historia de la humanidad.
Y al final, flamenco: José Antonio Cid agarra la guitarra, la acaricia, la toca por todos lados hasta que suelta los lamentos placenteros de una historia de amor...