Primeros de diciembre. Pub Donde Carlos o Don Carlos. Regentado desde hace un año por Elena, la Bilorusa. El apellido, enrevesado para mi, queda aparcado para otra ocasión. Elena y su hija, una adolescente de dieciseis años discuten amablemente detrás dela barra mientras me sirven un vino. El momento es oportuno de hablar de manera confidencial. La muchacha reprocha a la madre que se quiera marchar a Galicia. Alega que allí llueve, que está más cerca Pedro Muñoz en la Mancha. Que ella se queda con Jermán y Margarita. La niña repite que su madre"es un trauma" para ella.
La historia de Elena es interesante. Vino aquí invitada y se quedó. Vive en Velilla desde hace diez años. Allí, en Borisov, dejó un marido y un empleo de funcionaria. Era química. Es química. Ahora reina detrás de la barra del bar. Se podría hablar de amores y desamores. Hay una bella y larga histoira de atrevimientos y osadías. Pero prefiero preguntarle por la común amiga Larisa. También bilosurusa. Pero Larisa se quedó en Borisov. La última vez que vino lo hizo a cuerpo. Horas y horas de autobús atravesando Europa, la tierra prometida. Aquí se encontró con un trabajo temporal, buenos amigos y algún que otro amor, amores efímeros, como el verano, trágicos, tristes como ella misma, la nostalgia en su voz de cantante apasionado "¡Que tiempo tan feliz!". Largo de contar imaginación. Una novela apuntada en una de las libretas de Petronilo Marceliano Tardón. Novela para Paula Marta Temprano que ahora con la marcha de Elena hacia las tierras del norte se emparenta con el papel de Palmira Márquez Tierno. Demasiadas coincidencias. ¿Dónde quedó " oh mis barbas y tus melenas"? a la espera de ese rato largo de silencio y cuaderno, planificación y arroba necesario para escribir tres líneas seguidas. Saltan las rusas a la palestras desde el verano de Paris. Vuelve lo vivido, Sísifo eterno dando vueltas siempre a la misma rueda...
Por hoy basta.
He de conseguir dinero para cenar con Juan Antonio y Pilar Christian y Nini y por supuesto Beatriz. Daremos la vuelta al cuadro, lo decustruiremos con güisqui y amistad. Esta hiostoria, la de los amigos, se prolongo a lo largo de más de cuarenta años...
Y son años de amor y desamor, de encuentros y otros encuentros. Nunca hubo desencuentros....
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