domingo, abril 03, 2011

UNA DE JUBILADOS EN EL PALACIO DE LAS CIBELES

Tertu, Canales, Talaván, Rafa y Pepe.
El fotógrafo es Gregorio
Puestos a pasear Madrid, como cada mes, quedamos el viernes pasado en la Casa de América. Como es costumbre acendrada propia, llegué tarde. Pregunté a la recepcionista si habían pasado por allí unos chicos jóvenes como yo. Muy amable me informó de que ya se habían marchado y a punto estuvo de salir corriendo a ver si los encontraba. No se preocupe la tranquilicé, sé donde encontrarlos. Acto seguido acudí a la cita de seguridad como en los setenta, acordada en el palacio de Cibeles donde reina el faraón. La primera sorpresa se presenta antes de entrar: han desaparecido las escaleras que adornaban la portada hasta hace un año y ya nadie podrá esperar sentado allí. Es inteligible a los turistas mugrosos mejor no facilitarles el descanso, los ricos disponen de el Ritz a muy pocos metros de allí. Aquello ha quedado como una recuesta malsana que no es ni chicha  ni limoná, Me gustaba más antes de la reforma. Entro al palacio de Cibeles. Todos, acostumbrados a la clandestinidad, nos  encontramos. Me esperaban medio escondidos: yo no les vería a ellos, ellos a mi sí. Así se hacía y así se hace. El salón primero se mantiene como si aún funcionase la antigua oficina de correos: mostradores, mesas de escribir, funcionarios que ahora regalan un inmenso cartel mapa del paseo del Arte es decir el Paseo del Prado.
Subimos en ascensor: primera impresión cristales claros para que a mi me dé miedo. ¡¡"horror vaqui" que decían los latinos!! En el tercer piso, pasa lo mismo, suelos transparente para que los medrosos no subamos...
Canales explica, como siempre, los distintos estilos arquitectónicos que se mezclan en el edificio. ¿Cuestión de  falta  de imaginación de los arquitectos? Todos estos edificios se levantaron a principios del siglo XX.
En los jardines de La Residencia de Estudiantes
Talaván, Gregorio, Tertu y Rafa.
El fotógrafo es Pepe. Canales se había marchado.
Salimos del PALACIO DEL FARAÓN,  no apto para medrosos de las  transparencias y los minimalismos, como yo, con nuestro cartel  propagandístico bajo el brazo.  Más que jornadas de puertas abiertas son puertas abiertas a propaganda y justificación de gastos y a la proximidad de las elecciones.
Decidimos subir por el paseo Recoletos hasta el Cerro de los Pinos. Visita a la Residencia de Estudiantes y comida, modesta, en el CESIC.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Pedro, acabamos de leer tu acertado comentario sobre la buena vida que nos pegamos los jubilados. !Nos lo merecemos!, además como somos unos voyeurs, no necesitamos gastarnos mucho o ningún dinero.Queremos recordarte que el próximo tour puede ser Alcalá de Henares o Cuenca.Que sigas tan espléndido como siempre. Nosotros también te amamos .Dicho queda.
En Madrid, Tertu y Gregorio