OTOÑO

Me llegan varios originales al tiempo que despacho otros títulos ya pasados por la imprenta. El otoño asoma su pezuña con una gotas de agua que por Extremadura se esperan como "agua de mayo." Beatriz ha marchado a su instituto de Baviera y Beatriz a su colegio de San Fernando. Teresa y Juan se pelean en las facultades con asignaturas de nombres impronunciables para este ignorante total de las ciencias. Carlos de las Heras me pide un resumen, confecciono un balance de las fiestas de agosto en Cabezabellosa y se lo mando a Luis Ovejero, alcalde y amigo de toda la vida. Aparece Tertuliano que me invita a dar una vuelta matutina por Madrid y tomar un vino. Me dejan comentarios Luz del Olmo y Santiago L. Legarda con la buena intención de curar mi nostalgia. No sé si hacer caso a Santiago y salir a tomar esa copa de vino -yo soy más de vino que de cerveza- para cantar aquello tan cañí de "Con una copa de vino en la mano...", pero me acuerdo de que ya no soy Autoridad como quiere hacer doña Espe a los maestros, ni El País está contento porque teme que le quiten el chollo PPV del fútbol, y Solves se retira, Jordi Sevilla se va a la empresa privada, Sarkosy quiere poner sueldo fijo a los banqueros, los polacos se cabrean porque les dejan sin paraguas, los cubanos cantan al son de Juanes y Miguel Bosé con gran cabreo de los de Miami, los extremeños, sin bulla, se ponen de acuerdo en la reforma de su Estatuto de Autonomía, Público y el Periódico de extremadura se distribuyen conjuntamente por un euro veinte... y yo dedicándome a hacer palomitas de la paz con los carteles de toros que han repartido por los bares de Velilla. En fín, que no sé que haga si ponerme a servir o busque criada. Mientras despejo la duda, una risas y esa copa de vino. ¡Venga!