miércoles, octubre 29, 2008

ESQUELAS DE MUERTOS Y FINAL DE OCTUBRE


El asunto de la vida perdurable siempre ha sido un negocio redondo para quien los gestinaban. Dicen que la civilización nace con la adoración a los muertos. Puede ser, no entro en disputas. De niño recuerdo la fiesta de los santos por dos cosas: una porque las mujeres se pasaban el día en el cementerio y oyendo misa- había que oir tres para sacar un alma del pulgatorio- y eso era cosas de mujeres, al igual que los interminables lutos, y, la segunda, porque los muchachos y las muchachas hacíamos la comilona: se probaban las sardinas, y la marrana, lo que ahora llamamos panceta... Lo de las castañas era en la ciudades. Los muchachos se organizaban en pandillas por un lado, y las muchachas en grupos de amigas- siempre fueron más finas- por otro. Las muchachas hacían comidas dulces: natillas, arroz con leche, chocolate y derivados, mientras los muchachos optaban por lo simple: asado de carne, sardinas y vino tinto. Cuando se había termiado de comer, a eso de las cuatro o cinco de la tarde del día uno de noviembre, los muchachos asaltaban las casas de las muchachas mientras las madres rezaban responsos en el cementerio - cinco pesetas cobraba el cura por cada uno- y los padres jugaban a las cartas en los bares. La discreción en los asaltos era general por parte de todos, el jolgorio, tambien. El eros y el tánatos se daban la mano en las diferentes edades. El mito de Don Juan asaltando conventos no es más que una costumbre ancestral... La Iglesia Católica tenía que sacar tajada celebrando el día de las ánimas.
En la actualidad se celebra la muerte de otra manera: generalmente termina en la comida con los parientes y con esquelas en los periódicos - por cierto, una buena pasta para la prensa escrita el asunto de la publicidad de los muertos-. En este sentido os ofrezco algunos ejemplos de esquelas que no están mal:
La de Don José Tomás Albero, por la predestinación del nombre, la de Doña Eugenia Ramis por los sufimientos patrióticos, y la de Antolín -sin don- recortador, no sabemos si de esquelas, o de toros, o de sueldos, pero sí sabemos que ha hecho el último recorte en vida...
Hasta lo cojones de lo políticamente correcto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

hola p.marcelino. en mi pueblo (extremadura) ese dia se encian gamonitas e ibamos por todo el pueblo cantando no se qué (no era ay cosita linda mamá)para espantar a no se quien para que nos salvara de no se qué y en virtus de estsa plegaria que nos otorgase no se qué (y vualte a empezar) ESTRIBILLO:
joder, joder, joder, pongsme otro vino....

Anónimo dijo...

que no soy capaz de registrrme, tio soy emilio

PMT dijo...

Hola EMILIO:
No te enfades. Ya te conozco aunque venga como anónimo. Y en último término firmas al final, con un cosita linfa mamá, uff el güisquie de la tarde , y todo arreglado.
Podiamos quedar un día a tomar una copita de vino o de güisqui o de lkas dos cosas...

Anónimo dijo...

Soy extremeña y también recuerdo la fiesta de todos los santos.
Las mozas, cosa que a mi nunca me tocó hacían sus fiestas de chocolate, natillas y otros postres dulces en los prados de los alrededores del pueblo, todo muy en secreto, los mozos las perseguían y casi siempre terminaban compartiendo la merienda, casi siempre por las buenas.
Las mas pequeñas, el día de todos los santos, bien arregladitas, y después de misa, pedíamos la chiquitía a los familiares cercanos y los padrinos.Era muy emocionante coger la cesta y que te la llenaran de frutos del otoño. A veces también lo acompañaban de alguna propinilla.
Solo en una ocasión participé con las amigas de la merienda y como todavía éramos pequeñas no estábamos dispuestas a consentír que nos las robaran los chicos, así que chocolate, natillas y demás golosinas acabaron en un montón de vencejos, que se le va a hacer
BP

Ele Bergón dijo...

Pues en mi pueblo, Pardilla, el día de los difuntos, nos poníamos muy contentos todos los niños y niñas porque ese día íbamos a la casa de cura y allí nos daban "El bodigo" que era un trozo de pan de forma redonda y que era especial porque estaba bendecido. ¡Lo que pueden influir las creencias y más en un niño!

Besos para tí Pedro y para Beatriz que creo que es el la última anónima que ha escrito.