Unos día en Alemania. Lo más común de los europeos, los pantalaones vaqueros. El resto tan divertido como encontrarse con una hija y pasear sin prisas por jardines verdes. De los monumentos no merece la pena hablar, se pueden ver por Internet o en cualquier libro de historia y arte.
3 comentarios:
Hola Pedro, ya leo que has vuelto de vuestra vueltecita por Alemania. Me alegro que hayáis disfrutado de vuestra hija por los jardines verdes de ese país donde yo lo recuerdo como todo perfecto y en su sitio. No estoy de acuerdo en lo de los monumentos, donde esté el original que se quiten las imitaciones.
Nos vemos en la plaza cuando pase la calorina y ya nos contais vuestro viajecito.
Besos.
Hola Pedro ¡Qué envidia me das! hasta octubre no voy yo. estoy de acuerdo contigo que lo importante es disfrutar de los hijos, en tu caso tu hija.
Pero una vez que estás allí, siempre gusta curiosear..., por lo demás, ciudad por ciudad.
Bien venido al calor.
Hola Pedro.
¡Qué pena no haber coincidido!
LLegué a Nürnberg cuando tú volvías a España (recibí tu mensaje aunque no pude contestarte por problemas de operadores de red) y luego estuve cuatro días en München (Munich para nosotr@s, Mónaco para los italianos) con Inés y con Ana.
Lo mejor; la ciudad, la weissbier y la multiculturalidad. ¡Qué contraste ver tantas mujeres veladas de negro gastando dinero a mansalva en las tiendas de moda!.
Lo peor; las bicicletas. Aunque parezca mentira, los peatones novatos en la capital bávara somos carne de cañón para los miles de ciclistas que "invaden" alegremente sus calles.
Es casi una broma, pero tanta zona verde, peatonal y cicloturista puede llegar a ser un auténtico "shock".
Por lo demás, ya sabes: muñecos danzando a las 11 y a las 12 en la torre principal de la Marienplatz y turistas japoneses buscando como locos el museo de la BMW. Yo vuelvo en Septiembre, por trabajo. Trataré de aprovechar que en dicho mes se celebra la Octoberfest. Estos alemanes, siempre tan adelantados.
Un abrazo. JdJ
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