domingo, diciembre 31, 2006

ULTIMO DÍA DEL AÑO

La mañana, un tanto resacosa, se llenó pronto de otras sensaciones: contacto telefónico con Beatriz muy preocupada por el tema del atentado de ayer. Le hice un resumen de loque pueblicaba El País.
Después, manifestación a la puerta del ayuntamiento. Allí estaban la gente de PSOE y un grupo de protección ciudadana. También Julio y Luz. Luz me había mandado ya su poemario "Otra música para la luna". Quiere que lo edite. Lo estudiaré. Longina vino con el fin de preparar la cena de esta noche. Miro los correos y nadie contesta ni pincha en mi Blog, al menos para opinar. Sería interesante poner un marcador de visitas.
Me consta no obstante que Antonio, el director de El diaria de Alcalá sí conoce el blog, éste o el otro, según me dijo la noche de la cena, el ya lejano 21 de diciembre, es decir hace diez días. Y diez días sin resuello. Las tardes largas y monótonas no acallan los recuerdos recurrentes...
La nostalgia de la nada...

lunes, diciembre 18, 2006

VIERNES 15

La tarde se llenó pronto de emociones. El autobús, más rápido de lo esperado, llegó pronto a Conde Casal. Desde allí en matro hasta Tribunal. La primera sorpresa: el bar no se llamaba La Mina sino Bukowski.El nombre me sonó mejor. El poema titulado "como serun gran escritor" resulta inolvidable. Los anfitriones, simpáticos y aficionados a las letras no dejaban de mostrarse pragmáticos: "Esto es un negocio, las letras un medio para que esto viva", comentó el empañolado pirata que se afanaba detrás de la barr, delante del mecrófono y al rededor de los asitentes.
Aparecieron por allí dos caza talentos buscando escritores " emergentes" - su palabra favorita- para una editorial que ellos vendían como hermana de Planeta y que aparecerá en marzo.
También llegaron los amigos de Juan Manuel: lo típico y lo tópico: el médico, la antigua tía buena, el simpático, el circonflejo, todos contentos. Había alguna ausencia: nueva llamada y el teléfono contesta con la voz artificial que pide el mensaje. "Te sigo esperando...!" ¿Qué otra cosa se podía contestar?
La presentación por parte del argentino entrañable. Se decidió el por leer uno de mis párrafos que le entusiasmaron. Cuelgo aquí todo este apartado del capítulo amores de Verano:

EL AMOR ENTRE REJAS

Ella también fue niña. Miró al muchacho y se prendó. Pasó algún tiempo, lo suficiente para que el amor floreciera. Encontró otros amigos que no conocía, otras ilusiones que no imaginaba. Aquellos ojos negros descompusieron la razón. Proyectaron una vida común más allá de la lógica. ¿Cuándo no ha dictado el corazón las razones? La vida discurrió deprisa por las autopistas del frenesí. No encontraron trabas en ninguno de los vericuetos. Ningún ave por real que fuera les dejó bajo en su arriesgado volar. El muchacho de los ojos negros había diseñado viajes entusiastas por laberintos tortuosos. Todo fue posible. ¡Qué atrás habían dejado el barrio, el pueblo, la ciudad! El mundo se fundía en riesgos con adrenalina. Las cuentas se pagaban con visa oro y las pensiones se habían convertido en hoteles de cinco estrellas. Todos los sueños de cenicienta se habían convertido en realidad. Desde el traje blanco de novia al irás y no volverás. El más allá sólo representaba el paroxismo de lo posible, el atrapar en un segundo toda la vida. Hasta que un día llegó la calma. Bajaron juntos del mismo avión, pero les separaron bruscamente y no se volvieron a ver en varios meses. Las noticias de uno y del otro llegaban alambicadas por mil filtros. Los abrazos se habían tasado y los besos se resumían en un cuerpo a cuerpo muy de tarde en tarde.
La calma obligada conducía el aburrimiento, a la sinrazón que nunca había abandonado. Suponía el observar, el mirar por matar el tiempo, ahora que disponía de él involuntaria pero absolutamente. Pasó lo mismo que entonces. Se cruzaron otros ojos negros. En esta ocasión no hubo cita, ni encuentro casual ni promesas de eternidad. Sólo una mirada asustada, carente de futuro, ambigua y suplicante, desesperada y perdida. Huidiza. Fue un relámpago, la fracción de segundo que necesitaba para encender otra vez el motor de explosión. Aceleró en la pista de ensayo, corta y tosca, parda, con paredes de ladrillos y vistas a las rejas. Buscó, encontró la comunicación de ensanche. Ahora anhelaba navegar los océanos de la tristeza en otra carabela pirata. Por eso solicitó y consiguió la carta de embarque hacia los mares del sur en el último esquife que llegó a su puerto.
Pero el patrón de la anterior travesía se consideraba con los derechos de propiedad. A ella le dieron el placet, a él se los negaron. El capitán de los versos presentó la artillería. La tripulación se reía porque el patrón pretendía la imposibilidad de retener corazones a fuerza de papeles. La sarracena se escapaba con el último grumete en busca de las imposibles islas del tesoro.
A ella, sólo le restaba la libertad de soñar, y la ejerció. Nunca nadie lo puede impedir.
Y luego el taxista borde, el cambio de taxi y la llegada a Velilla...

sábado, diciembre 09, 2006

MÁS SOBRE LA BAILARINA

Esta mañana,¡por fin!, he terminado de corregir. Inmediatamente la he enviado a Rafael. He seguir escribiendo la intra historia la novela y los diversos encuentros. Puede dar cabida a otra novela. La cocina de la novela o el reposo del cocinero.

jueves, diciembre 07, 2006

A VUELTAS CON LA BAILARINA

Susana me ha regalado un cuadro en el cual da su visión de la bailarina. Lleva un sombrero negro con una cinta de alas de pájaros tropicales. El sombrero, de ala ancha, tapa los ojos de la maujer. Deja ver su nariz romana, sus labios rojos con lunar, sus orejas con pendientes. El cuello delgado y fino, se une a una espalda escotada, tapada con una camisa amplia y vaporosa de cuadros blancos apenas insinuado por ténues líneas negras. El pelo lo recoge una horquilla imaginable que cubre el sombrero, en una coleta que tira a moño.
Esta es una parte. La siguiente es la insistencia de José Manuel Arenas, el de los perros y de Rafa por la edición de ambas novelas. Rafa dice que la edita él. Se la enviaré, pero no tengo portada. Experimentaré a ver la nueva fórmula de esa edición electrónica.
La tercera parte de la Bailarina es la emoción que siento aún y el cariño que tengo a los personajes. Es indescriptible y dificil de esxplicar. Cuando me puse a escribir esta parte me sobraban ideas, ahora se niegan a salir en el orden que yo creía que debían salir.

sábado, diciembre 02, 2006

Elena se va

Primeros de diciembre. Pub Donde Carlos o Don Carlos. Regentado desde hace un año por Elena, la Bilorusa. El apellido, enrevesado para mi, queda aparcado para otra ocasión. Elena y su hija, una adolescente de dieciseis años discuten amablemente detrás dela barra mientras me sirven un vino. El momento es oportuno de hablar de manera confidencial. La muchacha reprocha a la madre que se quiera marchar a Galicia. Alega que allí llueve, que está más cerca Pedro Muñoz en la Mancha. Que ella se queda con Jermán y Margarita. La niña repite que su madre"es un trauma" para ella.
La historia de Elena es interesante. Vino aquí invitada y se quedó. Vive en Velilla desde hace diez años. Allí, en Borisov, dejó un marido y un empleo de funcionaria. Era química. Es química. Ahora reina detrás de la barra del bar. Se podría hablar de amores y desamores. Hay una bella y larga histoira de atrevimientos y osadías. Pero prefiero preguntarle por la común amiga Larisa. También bilosurusa. Pero Larisa se quedó en Borisov. La última vez que vino lo hizo a cuerpo. Horas y horas de autobús atravesando Europa, la tierra prometida. Aquí se encontró con un trabajo temporal, buenos amigos y algún que otro amor, amores efímeros, como el verano, trágicos, tristes como ella misma, la nostalgia en su voz de cantante apasionado "¡Que tiempo tan feliz!". Largo de contar imaginación. Una novela apuntada en una de las libretas de Petronilo Marceliano Tardón. Novela para Paula Marta Temprano que ahora con la marcha de Elena hacia las tierras del norte se emparenta con el papel de Palmira Márquez Tierno. Demasiadas coincidencias. ¿Dónde quedó " oh mis barbas y tus melenas"? a la espera de ese rato largo de silencio y cuaderno, planificación y arroba necesario para escribir tres líneas seguidas. Saltan las rusas a la palestras desde el verano de Paris. Vuelve lo vivido, Sísifo eterno dando vueltas siempre a la misma rueda...
Por hoy basta.
He de conseguir dinero para cenar con Juan Antonio y Pilar Christian y Nini y por supuesto Beatriz. Daremos la vuelta al cuadro, lo decustruiremos con güisqui y amistad. Esta hiostoria, la de los amigos, se prolongo a lo largo de más de cuarenta años...
Y son años de amor y desamor, de encuentros y otros encuentros. Nunca hubo desencuentros....