lunes, enero 23, 2012

LOS LUNES "pamisola" : EL PORCHE


Cenadores de Madera
Siempre que puedo me gusta sentarme en el porche para disfrutar de ese rato especial que me ofrece el día, casi siempre al atardecer. Es la recompensa del ajetreo diario. Hoy además de lo de siempre, fui al veterinario con Rascayú, está triste y se niega a comer desde que, Lula su compañera de hace tiempo, murió hace unas semanas. A todos nos preocupa mucho su estado de tristeza, pero me tocó a mí luchar con él hasta que con ese don de convicción que Dios, no, me ha dado… -anda, venga, Rascayú si te portas bien te vamos a traer una Marilyn preciosa- y alguna mentira más,  logré meterlo en el coche.
Me dejo caer en el sillón con un suspiro tan hondo que hasta los volantes de cojín producen tanto alboroto que Rascayú se asusta y da un respingo antes de tumbarse en el suelo a mi lado como siempre, él también participa del ritual.
- ¡Vaya!, olvidé el refresco en la cocina, pero ya no me muevo. Pongo los pies en el otro sillón y miro al cielo. Es un placer contemplar las nubes, siempre diferentes, a veces tan espectaculares que si estuvieran plasmadas en un cuadro pensaría que son pura fantasía del pintor. Hoy parece que se mueven más que otros días. Estoy tan a gusto que me dejo transportar por éllas sin importarme mucho el destino.
El sonido de un coche que se acerca me fastidia el momento, mí momento de soledad diaria. No me muevo. El seto de la entrada oculta la parte de los sillones. Está para eso. Rascayú tampoco se mueve, sabe leerme el pensamiento.
– ¡Eh, hay alguien ahí!, grita un tonto del culo que no sabe nada de mi hora santa, y al parecer tampoco entiende lo de “camino cortado”. ¡Ni hablar de moverme! Vuelvo a mirar al cielo, las nubes ahora tienen prisa, y yo ninguna. Cierro los ojos nuevamente y empiezo a balancearme de delante a atrás con ese vaivén cadencioso, casi mecánico, que se quedó impreso en el cerebro de cuando había que acunar a los hijos para que se durmieran.
¡Ay Clara, Clara! qué te hubiera costado levantarte y contestar a ese pobre despistado con una sonrisa, justita, pero amable… Y me veo en otro porche, cómo Meryl Streep, estirándome el relimpio vestido de las tardes, y me quedo quieta en la escalera cual vestal griega, sujetándome detrás de la oreja un mechón de pelo que me estorba en la cara. Y a Rascayú que se tapa un ojo con la pata, igual a: tú sabrás lo que haces, no lo quiero ver.
-¿Qué se le ofrece señor? Y sin dejarle un minuto para reaccionar, digo con sorna ¿no será Ud. del National Geographic?
-Perdón, no he entendido bien. Pregunto por el señor Miranda, vengo a traerle un paquete.
- ¡Lo ves! Qué bien hice con no moverme! y vuelvo a mirar cómo van las nubes. Y de nuevo me dejo llevar.
 Estoy en otro continente, en una bonita casa de estilo colonial,  abriendo cajas que contienen libros, mi valiosa vajilla de porcelana, la delicada cristalería heredada y el querido gramófono que habrá que limpiar con esmero para lograr que el cambio de clima no afecte a su sonido fiel.
Salgo al interminable porche con unas tazas en la mano cuando oigo el motor de un coche y ver quien viene a visitarme, este camino no es de paso.
-¡Hola!, he venido a saludarla, y a preguntar si todo va bien.
-Todo bien, muchas gracias por su interés.
- Le invitaría a un té pero… todavía estoy desembalando la vajilla, digo, a la vez que muevo la mano con las tazas
-No importa, otro día aceptaré con gusto.
- Cuando quiera, siempre será bien recibido. Y no le digo nada más, porque intuyo que no tardando mucho, volverá para invitarme a ver África desde el cielo.
Rascayú empieza a gruñir, mi hora santa se ha terminado.

P. Merino

4 comentarios:

PMT dijo...

Puri, ¿qué pasa,nadie opina'

Puri dijo...

Pedro: Pues será porque no hay nada que opinar.
Es lógico les gusta más tu estilo que el de la okupa invitada.

Ele Bergón dijo...

Puri, no es cierto eso de que no hay nada que opinar.

Me ha gustado mucho tu relato. EStá muy bien escrito y construido y ese cameo que haces con " Los puentes de Madison" y " Memorias de África", me ha parecido muy original.

Un abrazo

Luz

Puri dijo...

Muchas gracias, Luz por tu opinión.

Veo que se entienden las alusiones al cine, no sabes como te agradezco que lo hayas señalado.

Abrazos. Puri.