sábado, junio 25, 2011

SAN JUAN

Jano en el Museo del Vaticano
Pasó San Juan y estamos en días menguantes. Los sanjuanes ocupan fechas privilegiadas en el calendario: San Juan Evangelista, el 27 de diciembre y seis meses después, el 24 de junio, San Juan Bautista. Tengo la sensación que estos nuestros santos adorados quizá deban algo al dios Jano, el dios de las dos caras. Jano se ocupaba  de guardar las puertas: una cara sonriente recibía al visitante de la casa y otra igual para despedirlo. También es considerado el principio y el fin de cualquier época o aventura y ahí la coincidencia de las festividades de los San Juanes: con San Juan Evangelista  comienza el invierno y con San Juan Bautista, el verano. Santos mirando hacia atrás y hacia adelante. El Evangelista culto, tozudo, amigo de Jesús y el Bautista, primo de Jesús y promotor el rito iniciático: el bautismo. Y dejando a un lado la mitología que para eso está "La rama dorada" de James George Frazer, vayamos a  este San Juan de ayer mismo.
La noche de San Juan es mágica. las brujas andan brujeando lo que pueden que para eso es una noche esplendida templada y húmeda que en nuestro mundo se emplea para el dulce arrullo del amor como el inacabable "Sueño de una noche  de verano" 
Acerquemos más la lupa: noche del 23 al veinticuatro, noche de hogueras, Beatriz propuso encender un zahumerio en el jardín de nuestra casa. Y así lo hizo. La columna de humo subió por encima de las verdes hojas del cerezo y las yedras que rodean la cerca y los efluvios de las plantas aromáticas que se quemaban: romero, tomillo, eucaliptos, algunas rosas secas y otras que no recuerdo, le susurraron al olfato de algunos paseantes una fumada abundante de Maria. Cinco minutos más tarde la policía local rondaba la valla del jardín y afirmaban taxativos: "¡Aquí es!" Salí a la puerta y les confirmé que efectivamente  el humo salía de mi jardín. Les expliqué lo que era y les invité a que entraran. Uno de ellos me acompañó vio el zahumerio y el ritual e igual de amable  que llegó, se marchó deseándonos una feliz noche.
Amaneció San Juan y la racha de buena  suerte siguió: me encontré con Miguel Luque Talaván, profesor de la U. Complutense, con Paco García Peña, historiador y artista plástico y belloso residentes en Madrid, y hablé largamente  con Paco García Martínez, almeriense, agricultor y profesor de inglés.
La tarde se fundió con la noche en Cerralbos (Toledo) con un buen grupo de amigos y amigas que acudimos a la invitación de Carlos Díez que  dice, dentro de pocos días, adiós a la tiza para, huyendo del mundanal ruido, dedicarse a la agricultura como Virgilio.
Regreso a la madrugada bajo la firme y alegre conducción de mi compañera de  toda la vida, Beatriz. San Juan y Jano nos recibieron y nos despidieron   con la risa puesta.

4 comentarios:

Pamisola dijo...

Gracias por la clase Magistral de los Juanes santos, y demás.
Un día y una noche perfectos, Hasta los guardias son comprensivos y amables.Vives cómo el Marajá de... Velilla
Que tengáis un buen verano, por lo menos igual que empezó.

Abrazos, Puri.

P. M. Talaván dijo...

Gracias a ti Puri, por tu amistad y tu sensibilidad.
Un abrazo muy fuerte.

P. M. Talaván dijo...

Gracias a ti Puri, por tu amistad y tu sensibilidad.
Un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

Además el humo perfumado entra por puertas y ventanas, recorre los rincones de la casa y se lleva los malos espíritus de todo un año.
Por lo menos así me lo contaba mi abuela.
bea