miércoles, noviembre 09, 2011

LA FIESTA DE LACABRA

Vereis: estoy en Cabezabellosa y hace algún tiempo escribí el artículo que sigue a continuación. Terminade publicarse en una revista local que se llama "LA TIERRA" os lo ofrezco entero. Espero comentarios y preguntas.

LA FIESTA DE LA CABRA

 
                La fiesta de la cabra se celebra en Cabezabellosa el día ocho de septiembre, fiesta de la Virgen del Castillo, patrona del pueblo. Consiste en guisar al modo tradicional la carne de una “machorra” y ofrecerla a todo el que quiera acudir a la plaza después de la procesión de la Virgen. Popularmente esta fiesta se conoce desde tiempos atrás como “La fiesta de septiembre” y también, como “La fiesta de la cabra.”
                La fiesta de la cabra o de " la machorra" antes se celebraba entre la familia más o menos extensa. Se guisaba la carne de una machorra para comer juntos los tres o cuatro días que duraba la fiesta. La costumbre se fue perdiendo hasta que Luis Ovejero, alcalde en la anterior legislatura, la instituyó de nuevo y la actual alcaldesa, Puerto Peña, ha continuado este año la tradición.
                La Fiesta de la Cabra o de “la machorra” es un rito de celebración, que, como todos los ritos, aparece unido a un mito y en este caso el mito es la cabra. La celebración de un rito mantiene unas características concretas y sencillas: reunión de personas para celebrar algo alguna ceremonia que se cierra con una comida. El rito de la misa guarda exactamente esas características: reunión, celebración y comida: la comunión es la ingesta del Cuerpo de Cristo. Hay muchos más ejemplos: las bodas, cumpleaños, la matanza del cerdo, etc...
                Los ritos de celebración perduran en el tiempo y se repiten con una cadencia temporal exacta: la fiesta de la cabra se repite cada ocho de septiembre. Y tiene sentido esta fecha por diversas razones: septiembre es un mes de transición, se acaba el verano y comienza en otoño. El verano en Cabezabellosa es generoso: se recoge heno, cerezas, ciruelas, patatas, tomates, calabazas, pero el otoño también es generoso: quedan frutos más tardíos como las uvas, las castañas, las nueces las bellotas y siempre el ganado por medio. Esta primera semana de septiembre es propicia para descansar y celebrar fiestas. Cabezabellosa es un pueblo eminentemente ganadero en general y cabrero en particular.
                La fiesta de la cabra o de la machorra se podría celebrar cualquier otro día, pero se celebra el ocho de septiembre, día mariano. Hay fiestas a la Virgen de Guadalupe, a la del Castillo, a la de Covadonga... por citar algunas. Casi todas estas vírgenes se aparecen a cabreros.
                La Virgen del Castillo también se presenta a un cabrero. El hombre, siguiendo a una cabra que se ha metido entre los canchos, ve una muñequina y se la trae en la morrala para su hija, pero cuando quiere dársela a la niña la imagen no está allí. Al día siguiente vuelve y encuentra de nuevo a la muñeca en el mismo lugar. Se dice a sí mismo, “¡Se me olvidaría ayer, pero hoy me aseguro de que me la llevo!” De nuevo, cuando llega a casas, la virgen no está en el morral. Se extraña y al día siguiente repite el careo de las cabras y la misma cabra se vuelve a meter entre los mismos canchos y allí está la virgen. El hombre lo cuenta y el cura del pueblo habla de milagros y apariciones.
                Este mito, que procede más o menos del siglo doce en casi todas ubicaciones de ermitas marianas, se repite en el siglo veinte con la aparición de la Virgen de Fátima en Portugal. Los tres niños, dos niñas y un niño, también apacentaban ganado.
                La ermita de la Virgen del Castillo se ubica en el cerro de la Cabeza o del Castillo. Es el cerro más visible desde las llanuras del Valle del Ambroz y al mismo tiempo guarda a Cabezabellosa de miradas indiscretas. El cerro por sus características es un buen lugar para el pastoreo de cabras y un buen lugar para esconderse entre los canchos y otear el valle. Se unen todos los elementos del mito. El mito está servido.
                En cierta ocasión, con motivo de un viaje cultural con mis alumnas al alto Tajo, visitamos las instalaciones de la Virgen de la Hoz que se encuentran muy cercanas a Molina de Aragón, en Guadalajara. Es un enclave abrupto semejante a nuestro Cerro de la Cabeza, sólo que La Virgen de la Hoz tiene su ermita en un rellano más amplio rodeado de cerros. Mantenía cierta amistad con el sacerdote que atendía el santuario porque es hermano de una compañera de trabajo. El cura nos contaba la historia de la aparición de la Virgen de la Hoz, similar a la historia de la Virgen del Castillo y a la de Guadalupe. Le pregunté por qué las vírgenes se aparecen siempre a pastores. La respuesta me sigue pareciendo brillante y muy correcta: “Porque por estos andurriales no se le ocurre venir a ningún ejecutivo de grandes empresas ni a ningún director general, por aquí vienen cabreros y pastores de ovejas, por tanto se les tendrá que aparecer a ellos.” Me convenció totalmente. He aquí la explicación del mito.
                Pero concurren más circunstancias la Fiesta de la Cabra también se conoce con el nombre de “La Fiesta la machorra.” Tiene su explicación. Machorra en general significa hembra estéril. El diccionario de María Moliner afina más añadiendo el significado de “cabra u oveja que se mata para comerla en alguna festividad.” Como la segunda acepción es muy clara no necesita ningún comentario, pero sí el concepto de “machorra” entre los cabreros.
                Las cabras de hatajo vivían al rededor de ocho años. A esa edad se las sacaba del corral y se las vendía al carnicero: la saca. Cada año se agregaban al hatajo tantas chivas como cabras viejas había que quitar. La edad juvenil de las cabras contempla tres etapas: el primer año de vida se las llamaba chivas, el segundo, chivarras y el tercero, chivatas. A partir de ahí ya son cabras adultas.
                Cuando son chivas –menores de un año -alguna que otra se cubre, pero no es lo normal. El tiempo de gestación de las cabras es de cinco meses. Una berrea se produce en septiembre u octubre, para que paran en febrero o marzo, y la segunda a partir de mayo, para que paran las cabras en octubre o noviembre. Las crías que nacen en otoño son las tempranas y las que nacen en primavera las tardías.
                Había chivarras, ya con un año cumplido, que en otoño no empreñaban, y se esperaba hasta el verano. Si en verano tampoco se tomaban se las consideraba machorras y entraban en la lista de la saca. Algunas de estas machorras se guardaban para la fiesta de septiembre, la de la Virgen del Castillo y por tanto “la Fiesta de la cabra” y “la Fiesta de la machorra” Estas cabras eran jóvenes, de carne tierna y, como permanecían horras se hallaban gordas, lustrosas y buenas.
                El ritual: traer la cabra, beber vino, sacrificarla, preparar la carne, beber vino, todo ello con revuelo de familiares: abuelos, padres, mozos y mozas, muchachos y muchachas, niños y niñas, tíos, primos y demás allegados, todo ello regado con vino. Ceremonia de reencuentro familiar.
                La innovación de Luis Ovejero y Puerto Peña mantiene todos los elementos del rito y el mito, pero en vez de que la cabra sea sólo familiar, se extiende el rito de comer juntos a todos los bellosos y visitantes.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedro: Soy Emilio.
Leo con interés, curiosidad y nostalgia las explicaciones que nos das de esta fiesta tan familiar y tan pintoresca.

Nos incitas a enviarte algun comentario sobre el texto que escribes.

En mi humilde opinión y capacidad, no se me ocurre nada relevante.

Entiendo poco de cabras, chivas, chivatas y machorras.

Mis conocimientos se incluyen dentro del género masculino.

el de los cabrones.

Pero entiendo que ese no es el comentario que esperas ni el relato oportuno para dasahogarme.

Un abrazo.

PD. En la foto que acompañas al comentario aparecen algunas plantas de "poleo" interesante el tema.

miguel dijo...

enhorabuena pedro marcelo como buen belloso veo que dominas perfectamente el tema de las cabras pues cabezabellosa siempre destaco por sus grandes y abumdantes cabreros enhorabuena tambien por alegrarnos con tus sonrisas de el viernes pues en estos tiempos que corren falta nos ace un saludo

Violeta dijo...

Cuando leo esas narraciones de ritos antiguos, me parece que la vida en un pueblo es algo idílico: todo el mundo se lleva bien, come la cabra todo el pueblo, la familia se reúne,etc.Tengo que dar un meneo a la cabeza y poner los pies en el suelo para razonarme que todo no es tan maravilloso como parece. Si no ¿por qué os vendríais a las capitales? De todos modos, me dais cierta envidia los que tenéis pueblo. Violeta

Ele Bergón dijo...

Hola Pedro, gran entendedor de cabras, ritos y mitos.

Me gustan estas historias que cuentas de Vírgenes con sus apariciones y es verdad que en los pueblos nos podemos llevar bien y también mal, pero cuando celebramos estas comidas de todos juntos lo pasamos muy bien, aunque despues, pues ya sabes, chismorreemos unos de otros. Eso también está en el guión.

Este fin de semana pasada, también estuve en una cena de ritual y me llevé la agradable sorpresa de encontrarme con Rafael. Gracias por pasarme su correo.

Un abrazo

Luz

Anónimo dijo...

Que nadie piense que pastorear cabras es idílico, lo que si es cierto que el consumo de la machorra, en la fiesta de septiembre, es motivo suficiente para reunir a familias, amigos, vecinos... Etc.
Un saludo desde Langreo

Kety dijo...

Gracias a ti,narrador de Mitos y leyendas, pasarán de generación en generación. y serán las que unan,-por unos días- a familias y amigos.
Aunque, como dice Luz, a otro día...

Un abrazo

PD: Los que te conocemos,somos conscientes, que de este tema. Sabes mucho.

Anónimo dijo...

Hola Pedro. Una verdadera lección de antropología y además de las clásicas. Son tan antiguas como el género humano. La reunión, comida y celebración aderezado con algo sobrenatural constituye la esencia de cualquier mito. En mi pueblo, castellano pero alejado del tuyo, el concepto de "machorra", referido al género ovino o caprino, es el mismo y el destino de estos animales también. Una lástima que todo esto lo dejemos en el olvido en el mundo despersonalizado de la realidad actual.
Gregorio

PMT dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PMT dijo...

Hola Emilio: Un día te explico por qué a los hombres se les llama cabrones y -¡dejame suponer!- que tal vez te guste.
Gracias Miguel: mis años con las cabras también valen.
Violeta: te contesté en correo aparte: todas las hojas tiene haz y envés.
Anonimo, sobrino, no predico la arcadia pero calquier oficio continuamente repetido produce rechazo por cómodo que sea.
Gracias Kety: seguro que en tu pueblo, paisana de Aldonza Lorenzo o de ¿Dulcinea?, ¿No ves ahí el mito?
Gregorio: aobre ritos tusabes más que yo, pero es dificil -imposible- desatar elmito del rito o viceversa.
gracias a todos.