En momentos de crisis siempre hay alguien que consigue buenos negocios. Y eso es lo que ha conseguido o está consiguiendo Leopoldo Abadía. Oí en la radio que firmaba ejemploares de su libro en el Corte Inglés. El señor Abadía, “un chaval de 75 años, con 12 hijos y 35 nietos”, ingeniero industrial, ex profesor de política de empresa durante 31 años, empezó hace tres a elaborar un diccionario de vocablos “hecho sin ningún criterio, pero que a mí me ha servido cuando lo hacía sólo para mi uso”.
Al parecer, todo arrancó a modo de juego: colgar un diccionario en su blog. Pero se nota que uno de los doce hijos se dedica a la comunicación. Las entrevistas en prensa, radio y televisión han resultado productivas. Ahí está don Leopoldo ejerciendo de gurú simpático en este tinglado donde todo el mundo anda ingiriendo pastillas para los dolores de cabeza. Ese no darle importancia, resulta tremendamente cercano y creible, más que si se pusiera serio y discursivo. El eslogan "Si me quedaran tres dólares, dos los invertiría en publicidad y uno en cualquier producto", que, me parece, se lo atribuyen al inventor de la Cocacola sirve también para momentos de crisis y productos tan poco atractivos como los libros.
En fin, enhorabuena a don Leopoldo Abadía y a fichar a su hijo para las comunicaciones y promociones de empresas.
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