DE NUEVO POR AQUÍ

Después de dos meses de inacción hoy vuelvo por cortesía a presentarme por aquí. Aunque las justificaciones siempre suenen a inútiles necesito exponer algunas: la última entrada fue escrita desde un cibercafé en Ahigal. Días después marche de viaje y durante ese viaje me llegó la noticia de la muerte de mi gran amigo Diego de la Piedra. Soy poco sensible pero hay pérdidas que a uno le quedan de medio lado por inesperadas. Fui incapaz de dar el pésame a su esposa hasta que un día me la encontré en una tienda de flores y la dí un abrazo. La entrada no existente durante el fin de agosto y todo el mes de septiembre - mes festivo en Velilla y muy querido por Diego- se me atragantaba porque necesariamente debía ir dedicada a él. De Diego podría escribir muchos recuerdos y más de una aventura, pero no es necesario. Habría más justificaciones , pero ésta es la principal.

Y ahora viene la obligación: la obligación es la de los lectores que me habéis seguido a pesar de no escribir nada y algunos de forma tan impulsiva como Carlos de las Heras que no resistió la ausencia y escribió para preguntar en directo.

Por lo demás veo la protesta de hoy de una plataforma por la calidad de las enseñanza publica en Madrid a través de Facebook, los panfletos de Antonio Naranjo sobre el gobierno y los sindicatos, las opiniones de Annabel sobre los franceses y la revolución, las preguntas de Luz sobre el Quijote y las noticias de Kety sobre el mismo personaje y los deseos de Tertu de que nos vayamos a setas, las nueces de Cabezabellosa, los vinos de las tabernas, los libros de la Biblioteca Nacional, los anhelos de abuelez de Canales, las comidas de los compañeros de Alcalá, las nanas de la cebolla, a Eloisa y su almendro y todas esas cosas menudas que nos hacen llenar el tiempo ...