jueves, enero 28, 2010

¿UN PAPA MASOQUISTA? ¿UN GAY ARREPENTIDO?

Esto de la prensa es que da pa toó. Mira por donde el exégeta de la vida de Juan Pablo II, el actor Wotyla, para los amigos, cuenta que le gustaba tirarse desnudo en el duro y frío suelo del Vaticano y así hablaba con Jesús. No me invento nada copio del libro de monseñor Slawomir Oder, el postulador de su causa de beatificación del "Por qué es santo" donde revela que Juan Pablo II se sometía a mortificaciones físicas ya desde la época en que era arzobispo de Cracovia. "Se tiraba desnudo sobre el piso de su cuarto, con los brazos en cruz, y permanecía así toda la noche, "conversando con Jesús". Otras veces practicaba ayunos rigurosísimos. Pero, sobre todo, se autoflagelaba con una cinta que guardaba en un armario y que se llevaba cuando se iba de vacaciones a Castelgandolfo"
Esto debe ser el el ejemplo que nos ofrecen los Santos Padres: masoquismo puro y simple. Nada que lleve a la vida, nada que sea disfrutar,sino sufrir y sufrir que para eso hemos venido a este mundo.
Parecida noticia leo en otro periódico: es la de un gay arrepentido que hace unos años montó el mogollón por "salir del armario" y ahora vuelve a montar el mogollón porque quiere a ser padre carnal y cuidar de una esposa y de los hijos. Este caso se da en el Reino Unido.
Ya sabemos que las conductas personales son de ida y vuelta y que cada cual hace lo que le parece que es mejor pra sí mismo, pero, por favor, que no me den doctrinas. Ya escogeré mi manera de conducta: fumador, bebedor, charlatán, falto de criterio y hasta frívolo y excéptico y un tanto epicuro.
Doctrinas ni una, libertad, toda pero sin hacer mal a nadie ni criticar conductas individuales que no influyan en la colectividad. Las colectivas sí, todas. ¡¡Faltaría más!! "No he de callar por más que con el dedo// silencio avises o amenaces miedo". ¡¡Qué grande era Don Francisco!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuidado Pedro, que así le fue siempre a don Francisco por no callar.
Oye , si al Wotyla le gustaba flagelarse estupendo. Pero digo yo ¿Qué tiene que ver eso con la santidad?y además qué obsesión, no se le olvidaba el látigo ni en vacaciones.
bp