LA CASA DE ADUANAS

Bastaron tres llamadas para ponernos de acuerdo: Tertu, encantado, se trajo al amigo Rafa. Canales llamó a Jesús pero al parecer no pudo acompañarnos. Otra llamada a Oreste y la visita quedó confirmada. Martes 11,30, 19 de enero, víspera de El Jaramplas, Los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián y comienzo del carnaval, a la puerta de La Casa de Aduanas de Madrid. Es decir, el Ministerio de Hacienda. Lógicamente llego tarde: la combinación desconvinada entre autobús y metro así lo producen. La situación se soluciona a golpe de teléfono. Entramos en la casa que construyó Sabatini en le época de Carlos III. Oreste nos introdujo y nos presentó a la bibliotecaria y ella, Ana, fue nuestra guía por los impresionantes sótanos del edificio. Los sótanos son laberintos y entrecruces de pasillos hechos de piedra y abovedados con ladrillos. Se cuenta todo tipos de historia: refugio durante la Guerra Civil Española, lugar de ejecuciones,pasadizos secretos, reconstrucción y nuevos usos como la exposición sobre el edificio y la Guerra Civil. Eso se puede ver por cualquier curioso y desocupado paseante en cortes.

Terminada la visita de los sótanos, Oreste, amigo de muchos años, nos subió a la terraza del Ministerio de Hacienda. La Calle de Alcalá y su evolución a vista de pájaro,cerveza en cafetería y a la una y media en la calle. Oreste no nos acompaña aún le queda trabajo. Canales, Rafa, Tertu y yo, ya hemos trabajado lo suficiente: disponemos del día entero para disfrutarlo. Llueve en Sol. Paseo hasta el mercado lindero con la Plaza Mayor. Tertu, teléfono en la oreja, cancela citas. Comemos, no nos callamos ni un solo segundo. Hablamos de todo. Comemos, bebemos, nos reímos y disfrutamos de las calles de Madrid. Cuando nos percatamos son casi las diez de la noche. Hemos quedado otra vez los cuatro para el mes febrero corrernos una juerga larga y extensa. La de hoy sólo ha durado diez horas.