En cuanto a Herta Muller no sé nada: su origen rumano minoritario, su persecución, su exilio y la publicación por Siruela de "Tierras bajas". La editorial se quita méritos pero feliz por el regalo: "Ofelia Grande, la actual directora de Siruela ha recordado que se sentían "muy contentos", pero que "realmente el mérito es de la etapa anterior, de Michi Strausfeld y de Jacobo, nosotros solo nos sentimos satisfechos por haber seguido apostando por ella en el catálogo y por hacer renovado los derechos de una escritora tan interesante."
Pero volvamos al título de la entrada: El pasado día 6 apareció un artículo de Umberto Eco en El País que es el prólogo que acompañará al último libro de José Saramago. Leí hace pocas semanas en El Cultural de El Mundo que Saramago había cerrado el blog porque no conseguía tantos lectores como él pensaba merecer: malidicencia que no falte. Lo escrito en ese blog aparece ahora como libro. Pero hoy aparece otro eco: el semiólogo italiano que empieza tachando de loco al Nobel portugués por dedicarse a escribir sobre la actualidad, cuando podía dedicarse a rascarse la barriga al sol de Las Canarias, porque dispone del pasaporte a la eternidad que da el pasar por Estocolmo. Le tacha de que, siendo tan sutil con el lenguaje en sus novelas, en el blog " no pierde el tiempo en medir sus términos y tal vez lo haga a propósito". Porque Saramago, según Eco, no se anda con chiquitas: "Se habla del ateismo militante de Saramago. En efecto, sus polémicas no se dirigen contra Dios: una vez admitido que su `eternidad es solo la de un eterno no ser', Saramago podría haberse quedado tranquilo. Su hastío se dirige contra las religiones (y por esa razón le atacan desde distintos frentes: negar a Dios es algo que se le concede a todo el mundo, polemizar con las religiones pone en discusión las estructuras sociales)"
Siguen dos párrafos en los que Eco glosa el pensamiento del autor de "Ensayo sobre la Ceguera" y la famosa frase de la religión opio, del pueblo. Analiza el papel de las religiones como causa de las guerras para argüir que "Por todo ello se me ocurre la reflexión de que si tal vez la religión en ocasiones es o ha sido el opio del pueblo, más a menudo ha sido la cocaína."
Y la conclusión deslavazada: el sueño opiáceo de los intelectuales españoles ante la situación actual del país, de Europa y del mundo, el no comprometerse, el no opinar. O tienen miedo a que les corten el pienso de las subvenciones y los encargos oficiales o se apuntan a la ceguera de todo va bien si a mi me va bien... En fin, hoy día de letras. ¿Serán necesarias algunas rayitas para despertar conciencias éticas?
2 comentarios:
Pues nos entrenemos y entretienen con cualquier cosa y es que somos así, así de cómodos. Desviamos la mirada a otro lado y nos dejamos entretener. No he querido nunca entender de política, y sé que todo lo que nos rodea es política...para crisis los que mueren de hambre todos los días a cada instante, pero eso qué importa...con las de obras que hay que hacer en cualquier ciudad o pueblo sobre todo tirar placitas nuevas para ponerle el nombre del nuevo alcalde....miles de cosas.
Nunca ha funcionado la religión ni la política. A la vista está.
Besos y amor
je
Gracias Pedro. buscaré a Herta Müller para saber más de ella.
Un abrazo
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